Los alimentos subieron un 3% en la primera quincena de agosto
Es lo que promedian las mediciones y estimaciones de las principales consultoras del país en las primeras dos semanas del octavo mes. Frutas apuntalan el alza con un incremento del 4,2%, seguidas por bebidas e infusiones (2,2%); carnes (1,7%) y aceites (1,5%).
Según el Índice de Precios al Consumidor de julio (publicado por el INDEC), los alimentos y las bebidas sin alcohol tuvieron un incremento del 1,2%. En el promedio federal, ese ítem central de la medición del costo de vida trepó al 1,9%.
En ese sentido, y a fin de tener un anticipo de lo que puede arrojar agosto en materia inflacionaria en las mercaderías básicas, la consultora LCG, en su informe semanal, detectó un aumento de precios del 1,1% durante la segunda semana de agosto, lo que eleva la suba acumulada en la primera quincena al 3,1%. Este incremento, aunque moderado, refleja la persistente presión inflacionaria que enfrenta la economía argentina.
Un análisis más detallado revela que el aumento de precios no fue uniforme en todos los rubros. Las frutas lideraron la suba, con un incremento del 4,2%, seguidas por bebidas e infusiones (2,2%), carnes (1,7%) y aceites (1,5%). Estos datos sugieren que ciertos productos básicos de la canasta familiar están experimentando mayores presiones inflacionarias que otros.
Por su parte, la consultora EcoGo estimó que los alimentos consumidos dentro del hogar registraron una suba del 0,6% en la segunda semana del mes, similar a la de la semana anterior. En consecuencia, la inflación en alimentos consumidos dentro del hogar ascendería al 2,2% en agosto. Al incorporar los aumentos registrados en alimentos consumidos fuera del hogar (3,2%), el indicador se ubica en 2,3%.
Con estos datos, EcoGo proyecta una inflación mensual del 2% para agosto. Sin embargo, advierte que esta proyección es preliminar y podría modificarse en función de la evolución de los precios en las próximas semanas.
EcoGo señala que la relativa estabilidad del tipo de cambio durante la semana, tras el significativo salto cambiario del 31 de julio, contribuyó a contener las expectativas inflacionarias y limitar el traslado a precios. Este fenómeno se produce en un contexto de creciente competencia por la apertura comercial y una caída en la demanda, lo que comprime los márgenes de ganancia de las empresas.
En resumen, los datos de la primera quincena de agosto sugieren que la inflación en Argentina continúa siendo un desafío complejo. La evolución de los precios en las próximas semanas será crucial para determinar la trayectoria de la inflación en el corto plazo.
¿Qué pasa con la reactivación del consumo?
A pesar de una suba del 3,4% en julio en comparación con el mes anterior, el consumo masivo en la Argentina continúa mostrando signos de debilidad si se lo observa en perspectiva anual. Según datos relevados por la consultora Focus Market, el consumo se retrajo un 4,3% en comparación con julio de 2024, lo que evidencia que aún no logra consolidar una recuperación sostenida.
Los datos fueron obtenidos a través del lector de códigos Scanntech, que analiza el comportamiento de 756 puntos de venta distribuidos en todo el país, lo cual permite tener una radiografía precisa y actualizada del consumo en canales minoristas.
En el detalle del informe, se observa que la cantidad total de tickets emitidos aumentó un 2,1% frente a junio, un indicio de mayor circulación de consumidores. Además, las unidades por ticket también registraron una leve suba del 0,6%, lo que sugiere que quienes realizan compras lo hacen con algo más de volumen que el mes anterior. Sin embargo, estas mejoras puntuales no alcanzan para revertir la caída registrada en la comparación interanual.
En el interior del país, donde según la consultora, el consumo se incrementó un 9,3% mensual, pero decreció, a menor escala, interanualmente (1,2%). En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el consumo repunta con respecto al mes previo con un aumento del 6,6%, pero se mantiene en números negativos en relación a julio del año pasado, donde se reporta una pérdida del 11,7%.
Tras un 2024 marcado por la inercia inflacionaria y la incertidumbre sobre el valor del dinero, los consumidores argentinos habían adoptado un comportamiento defensivo: adelantaban compras, acumulaban mercadería no perecedera y se "refugiaban" en el stock como una forma de preservar poder adquisitivo frente a aumentos de precios vertiginosos.