"Frutas que se pudren mientras el Estado brilla por su ausencia": productores de Laguna Naineck denuncian abandono
Pequeños agricultores de la colonia San Juan, en la zona de Laguna Naineck, atraviesan una grave crisis por la falta de comercialización de tomates y otros cultivos. Desde la Federación Agraria advierten que el modelo productivo provincial los deja sin respuestas.

La postal que se repite año tras año en las colonias de Laguna Naineck hoy vuelve a hacerse viral: frutas en excelente estado que se pudren en las chacras por falta de compradores. En contacto con Radio Uno, el presidente de la Federación Agraria Filial Naineck, Pánfilo Ayala, expresó su preocupación por la situación que atraviesan decenas de productores.
"El panorama es devastador. En muchas chacras de Palma Sola, en la provincia de San Juan —zona tomatera por excelencia— vemos fruta de excelente calidad que se está pudriendo porque no se puede vender", lamentó Ayala. Según explicó, el problema no es nuevo ni se limita solo al tomate. "También afecta a la banana, la mandioca y otros cultivos", detalló.
Uno de los casos que más impacto causó fue el de Reinaldo Benítez, un productor que esperaba cosechar 800 cajas de tomates de entre 20 y 22 kilos cada una, pero solo logró vender unas 40. "El resto se está perdiendo. Él tiene nietos a cargo, trabaja con su esposa y está totalmente desanimado", relató Ayala.
Los productores aseguran que los programas estatales como el PAIPA o Soberanía Alimentaria no llegan a los pequeños agricultores. "Lo que siempre decimos queda demostrado: este modelo productivo es destructivo, genera pobreza. El Estado no está presente", remarcó el dirigente.
El principal destino de la producción de tomate suele ser Clorinda y, en menor medida, Formosa capital. Sin embargo, la demanda se desplomó y los caminos rurales dificultan el acceso a los mercados. "Muchos intentan vender directamente al costado de la Ruta 86, pero lo que logran colocar es ínfimo", sostuvo.
La colonia San Juan se encuentra al norte de Laguna Naineck, en una zona cercana al río Pilcomayo. La lejanía, la recesión y la falta de logística hacen que lo poco que se cosecha no se traduzca en ingresos.
"Algunos tienen algo de cebollita de verdeo o lechuga, pero tampoco lo pueden vender. Incluso la mandioca que quedó del año pasado está sin comercializar", indicó Ayala. Frente a la incertidumbre, muchos productores dudan sobre volver a apostar por el tomate la próxima temporada.
Finalmente, el referente agrario dejó una reflexión: "Esto ya se naturaliza. Todos los años es lo mismo. Si no es el tomate, es la mandioca o la banana. Mientras tanto, la propaganda política sigue mostrando una provincia que no existe".