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Aumentos sostenidos en los costos

Panadería La Esperanza resiste al aumento con sabor y esfuerzo

En el marco del Día del Comerciante, conversamos con Laura, responsable de Panadería La Esperanza, quien nos abrió las puertas de su local —mientras atendía a los clientes con amabilidad y agilidad— para contarnos cómo se está sosteniendo la actividad en un contexto de aumentos sostenidos en los costos.

"Lo que más aumentó fue la grasa, la levadura y el gas. El de 45 kilos subió bastante", comentó Laura, dejando entrever una realidad que afecta a muchas panaderías en Formosa y el país. Sin embargo, aclaró que por el momento no han aumentado el precio del pan, gracias a que la harina todavía no sufrió incrementos significativos.
"Desde enero mantenemos el pan a $1.800 y la docena de facturas a $8.000", señaló, orgullosa del esfuerzo que implica sostener precios en medio de una economía compleja. "Tratamos de mantener, porque si aumenta la harina, ahí sí tendríamos que ajustar", advirtió con realismo.

Además de pan fresco, en Panadería La Esperanza también ofrecen opciones congeladas listas para hornear, que han ganado popularidad en invierno. "Vendemos las chiquitas congeladas, eso ayuda a la gente a ahorrar tiempo y cocinar cuando quiere", explicó Laura.

A pesar de la competencia que representa el ingreso de insumos desde Paraguay, Laura destaca la fidelidad de sus clientes, que eligen sus productos por la calidad de la materia prima nacional, como la harina del Molino Chávez y la grasa cordobesa. "El pan que comprás hoy, lo comés al día siguiente y sigue rico. No se pone duro", aseguró.

 

Las ventas, según nos contó, mejoraron con el tiempo y la llegada del frío disparó el consumo de facturas y masas dulces. "El pan siempre sale, y ahora con el frío, mucho más", afirmó entre sonrisas.

 

Con locales en Lote 4 (Av. Ezeaco 150) y en Av. Italia 3115, barrio Itatí, frente al barrio Evita, Laura nos invita a seguir el aroma: "Nos encontrás por el olorcito rico".

En un contexto de inflación y costos crecientes, historias como la de Laura y su equipo son ejemplo del esfuerzo silencioso de muchos comerciantes que, día a día, sostienen la economía local a fuerza de trabajo, calidad y compromiso con su comunidad.