Veredas secuestradas: motos mal estacionadas obstruyen el paso en pleno centro
Lo insólito se vuelve cotidiano cuando la anormalidad se instala sin resistencia. En la intersección de San Martín y Saavedra, en pleno centro de la ciudad y a tan solo una cuadra de la municipalidad, los peatones deben bajarse a la calle para poder continuar su camino.

¿La causa? Decenas de motos mal estacionadas invaden la vereda, impidiendo el paso y exponiendo a transeúntes a situaciones de riesgo.
"No se puede caminar. La gente baja a la calle porque no tiene por dónde pasar", reportó en vivo el movilero David, quien estimó alrededor de 50 o 60 motos estacionadas sobre la vereda en ese punto neurálgico, frente al edificio de Tribunales. Incluso, detalló que muchas de ellas estaban en doble fila sobre el mismo cordón peatonal.
Lo más preocupante no es solo la magnitud del problema, sino su ubicación: a pocos metros de un playón municipal destinado exclusivamente al estacionamiento de motos, y en una zona donde hay señalización y demarcación específica para estos vehículos. Sin embargo, según denunciaron al aire, esos espacios están colapsados, y los motociclistas optan por invadir la vereda "impunemente".
"Esto se repite en varios sectores de la ciudad", alertaron los conductores del programa, mientras repasaban otros puntos críticos como 25 de Mayo y Rivadavia, donde sucede una situación similar. La señalización existe, el espacio está, pero falta control y voluntad política para hacer cumplir las normas.
La situación se da en paralelo a obras de semipeatonalización que generan cortes de tránsito y desvíos, como en la calle Pringles a la altura de Belgrano, justo frente a la Dirección de Tránsito. "Es irónico", acotó uno de los locutores, "que mientras se intenta ordenar el tránsito por un lado, se desborda por otro".
La crónica urbana del día deja en evidencia una realidad peligrosa y vergonzosa: las veredas dejaron de ser de los peatones. Y lo peor es que ocurre a metros de las oficinas donde deberían resolverse estos problemas.

