Ola de cuatrerismo en la frontera: 52 animales faenados y un muerto en un enfrentamiento con la policía rural
La frontera entre Argentina y Paraguay vuelve a ser escenario de violencia rural y delitos ganaderos. En lo que va del año, la Estancia Bouvier, ubicada en la ribera del río Paraguay, ha sufrido el impacto de 52 animales muertos por faena ilegal, en un contexto creciente de inseguridad y ataques sistemáticos de cuatreros.

El director del establecimiento, Eduardo Usandivaras, confirmó a este medio que el último hecho tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando efectivos de la WEAR (Unidad Especial de Asuntos Rurales) de Formosa se encontraban patrullando uno de los potreros más afectados por este tipo de delitos. Al escuchar un disparo cercano, los agentes se dirigieron al lugar y fueron recibidos con más tiros por al menos seis delincuentes armados. En el intercambio, una persona resultó muerta, quien posteriormente fue identificada como un ciudadano con doble nacionalidad y antecedentes penales, incluido un hecho anterior en esa misma estancia.
La Estancia Bouvier, de 38.000 hectáreas y 30 km de costa sobre el río Paraguay, enfrenta una situación crítica. En uno de sus potreros —donde ocurrieron 25 de las 52 faenas— ya se había producido un enfrentamiento hace menos de dos meses. "Es una zona difícil de controlar, con inundaciones periódicas que arrasan con la infraestructura, y donde la falta de señal celular complica aún más la seguridad", señaló Usandivaras.
Más allá del impacto económico directo por los animales faenados, el productor advirtió que el estrés que sufre el resto del ganado genera pérdidas similares o incluso mayores, debido a abortos, reducción de peso o pérdida de crías.

A pesar de contar con un puesto de Prefectura en la zona, las fuerzas federales no intervienen en estos casos, según denunció el productor. "La única respuesta efectiva la estamos recibiendo de la WEAR", afirmó, agradeciendo su compromiso con la seguridad de los trabajadores y de los campos vecinos.
Usandivaras recordó también que años atrás un empleado de la estancia fue herido de bala al toparse con cuatreros mientras verificaba una faena ilegal. El trabajador sobrevivió, pero quedó con una incapacidad permanente.
"Queremos seguir creciendo, duplicar la producción, generar más trabajo, pero esto nos desmoraliza. Es algo contra lo que no se puede prever. Nos sentimos indefensos", concluyó el productor, dejando en evidencia el delicado equilibrio entre el desarrollo productivo y la inseguridad rural en las zonas de frontera.