Ismael, un vecino de Pirané, acorralado por el agua: "La ayuda estatal llegó en forma de dos bolsitas"
Las lluvias incesantes en la localidad de Pirané han dejado un rastro de complicaciones para sus habitantes, especialmente en las zonas más vulnerables. En el barrio San Antonio, uno de los más afectados, Ismael y su familia enfrentan una situación crítica: el agua ha alcanzado niveles preocupantes dentro de su hogar, obligándolos a evacuar y buscar refugio temporal en casa de su madre.

Desde el pasado martes, Ismael comenzó a medir la cantidad de agua que ingresaba en su vivienda. "Yo le venía midiendo y teníamos cuarenta centímetros de agua ya", relató en diálogo con Radio Uno Formosa. La situación no ha mejorado, y en los días recientes, el nivel subió hasta alcanzar el cuarto de su casa, sin señales de retroceder.
Ismael, padre de cuatro hijos y trabajador del campo, describió el impacto de las inundaciones en su día a día. "Esta semana me quedé en Pirané por mi gente", explicó, dejando en evidencia cómo las tareas cotidianas se ven interrumpidas por la emergencia hídrica. La falta de ingresos se suma al desafío, ya que al dedicarse a changas, la imposibilidad de trabajar significa también la falta de sustento.
La ayuda estatal llegó en forma de "dos bolsitas de mercadería", según comentó en diálogo con Radio Uno Formosa, pero resultan insuficientes para sobrellevar la situación. "Al no poder trabajar, ¿cómo generas plata para pagar los alimentos de tu familia?", se le preguntó, y su respuesta reflejó la realidad de muchas familias en condiciones similares: sin trabajo, no hay ingreso.
La situación en Pirané recuerda a una inundación de hace diez años, cuando Ismael y su familia estuvieron fuera de su casa durante tres meses. Con resignación y realismo, admitió estar preparándose para un escenario igual de prolongado. "Sinceramente, que sí", respondió cuando se le consultó sobre si esperaba una recuperación lenta.
Además de los estragos del agua, la comunidad también enfrenta cortes de luz. "Nos cortaron la luz, todo ya", manifestó Ismael, destacando la precariedad en la que viven actualmente.
A pesar de las dificultades, Ismael y su familia han logrado rescatar sus pertenencias más esenciales, alzándolas sobre mesas para evitar el daño del agua. Sin embargo, la incertidumbre sigue latente, y la necesidad de mayor asistencia por parte de las autoridades se vuelve evidente.
Las lluvias en la región no parecen dar tregua, y el ingreso de más agua desde Palo Santo agrava aún más el panorama para las familias afectadas. La comunidad de Pirané se enfrenta a un desafío prolongado, mientras espera que la ayuda llegue y las aguas finalmente retrocedan.