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El adiós a Max Berenfeld: una pluma incansable que dejó huella

Por estos días el periodismo formoseño llora la partida de uno de los suyos. Este viernes falleció Max Berenfeld, periodista de raza, colega comprometido y, sobre todo, un hombre profundamente humano. Su nombre resonaba con respeto en redacciones, pasillos judiciales, radios y portales digitales. Hoy, su ausencia se siente como un silencio profundo, de esos que solo dejan los que supieron hacerse escuchar con la palabra justa.

Max Berenfeld

Max no fue simplemente un trabajador de los medios. Fue un artesano de la noticia, alguien que entendía el oficio no solo como una profesión, sino como una forma de vida. Pasó por medios como El Comercial, Opinión Ciudadana, Diario El Expreso, y también formó parte del equipo de prensa del Poder Judicial de Formosa. En cada lugar dejó su estilo, su mirada crítica, su rigor. Pero fue en Cuarto Poder Diario, medio digital que fundó y dirigió, donde encontró su espacio más libre, más propio. Allí se leía su pensamiento sin filtros, su análisis sin ataduras.

Era de los que creían en el valor del dato, pero también en el poder de la sensibilidad. De los que sabían que la noticia es importante, pero que la forma de contarla también lo es. Su compromiso no tenía horarios, como tampoco lo tenía su entrega a la vida familiar: padre de seis hijos, supo estar presente, sin importar la hora ni el cansancio.

Los que compartieron redacciones con él lo recuerdan como un colega generoso, siempre dispuesto a dar una mano, a compartir una fuente, a mejorar un texto ajeno como si fuera propio. Los lectores lo recordarán por su mirada aguda, por esa capacidad de decir lo que muchos pensaban pero pocos se animaban a escribir.

Hoy, sus palabras ya no llegarán al cierre de edición. No habrá nuevos títulos firmados por él. Pero su legado queda: en las notas que aún circulan, en los aprendices que formó con el ejemplo, y en el corazón de quienes supieron leerlo, escucharlo y quererlo.

Se fue Max Berenfeld. Se apagó una voz del periodismo, pero su eco quedará sonando por mucho tiempo más.