Para ver esta nota en internet ingrese a: https://www.elcomercial.com.ar/a/43330

Se puso en marcha en Corrientes la mayor planta de biomasa del país

La iniciativa alcanzará una generación de 80 MWh, suficiente para generar el equivalente el 20% del consumo eléctrico de toda la provincia. También ofrece una solución rentable y sustentable para el tratamiento de desechos de la forestoindustria local.

La segunda planta de generación de energía renovable a partir de biomasa forestal ya está en funcionamiento en Gobernador Virasoro, Corrientes, tras una inversión de u$s200 millones.

El proyecto, desarrollado por Fuentes Renovables de Energía Sociedad Anónima (Fresa), empresa del Grupo Insud, se convertirá en la planta de biomasa más grande de la Argentina.

Con esta nueva central, Insud duplicará su capacidad productiva y alcanzará una generación de 80 MWh, suficiente para abastecer el 20% del consumo eléctrico de toda la provincia de Corrientes.

La provincia supo capitalizar sus extensos recursos forestales e industriales para convertir subproductos en energía, afianzándose como un ejemplo de sostenibilidad en el país.


Durante la construcción de la obra, se generaron más de 600 empleos en el pico de actividad, y actualmente el complejo —ubicado en un predio de 15 hectáreas— emplea a 152 personas de forma directa y a más de 300 en actividades indirectas en la zona de influencia.

Esta segunda planta, bautizada Central Térmica San Alonso (CTSA), tiene la misma capacidad de generación que la original, aunque funciona con una razón social diferente. De toda la electricidad que producen ambas centrales, un 10% se destina al autoconsumo y el resto se inyecta al sistema interconectado nacional.

Un impulso para la forestoindustria regional


Ambas plantas funcionan a partir de subproductos forestoindustriales, en un ecosistema donde opera como proveedor de materia prima la firma Pomera, también parte de Insud, especializada en la producción y comercialización de madera sólida.

Fresa, creada en 2020, se dedica a utilizar el descarte de la industria forestal —chips, aserrín, corteza y ramas de pino y eucalipto— para transformar lo que antes era residuo en energía.

De esta forma, no solo contribuye al sistema eléctrico, sino también ofrece una solución rentable y sustentable para la forestoindustria local, evitando que evitando que cerca del 50% de la materia prima termine como desperdicio o en quemas a cielo abierto.

La Central San Alonso forma parte de los 66 proyectos adjudicados en la Ronda 2.0 del programa RenovAr, en tiempos de la presidencia de Mauricio Macri, que incluyó proyectos de distintas tecnologías: eólica, solar, biomasa, biogás, biogás de relleno sanitario y pequeños aprovechamientos hidroeléctricos.

Con esta iniciativa, Corrientes se posiciona como un referente en el desarrollo de energías renovables en Argentina, con un enfoque innovador en el aprovechamiento de biomasa y energía solar.

Te puede interesar Energías renovables en empresas: con su primer parque eólico, la siderúrgica Ternium empieza a generar el 90% de la electricidad que consume
La provincia supo capitalizar sus extensos recursos forestales e industriales para convertir subproductos en energía. Actualmente, el 28% de la demanda energética de Corrientes proviene de fuentes renovables, un logro que resalta su liderazgo en el uso de biomasa.

Aprovechar la biomasa disponible


El ciclo productivo arranca con la biomasa ingresando a una caldera que genera vapor, el cual mueve una turbina acoplada a un generador eléctrico. Al tratarse de un ciclo cerrado, el vapor se condensa nuevamente en agua para ser reutilizado.

La radicación de las plantas en Gobernador Virasoro responde a una lógica de cercanía: en un radio de 100 kilómetros hay disponibilidad de más de un millón de toneladas de biomasa forestal, proveniente de los bosques implantados en la región.

En total, la cuenca forestal cuenta con unas 225.000 hectáreas de bosques de pino y eucalipto.

Utilizar estos residuos para generar energía no solo diversifica la matriz energética, sino que también ayuda a disminuir la contaminación ambiental, reducir riesgos de incendios y minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que la valorización de la biomasa genera menos dióxido de carbono que su descomposición natural en el suelo.

La inauguración oficial de la planta está prevista para el 7 de mayo, en un contexto donde la transición energética y el aprovechamiento de recursos locales cobran cada vez mayor relevancia.