Luz en la oscuridad: Fabien López Ortiz y la revolución del alumbrado público en la Ciudad
En las calles que hasta hace poco dormían en penumbras, hoy brilla una nueva esperanza. El responsable de este cambio es Fabian López Ortiz, director de electrotecnia y alumbrado público de la municipalidad de Formosa una figura que ha logrado transformar una necesidad básica en una causa digna de admiración. Donde antes reinaba la oscuridad, ahora la luz guía a vecinos, comerciantes y transeúntes, devolviéndoles seguridad, vida nocturna y dignidad.

La historia comienza como muchas otras en la gestión pública: con reclamos, promesas y frustraciones acumuladas por años. Sin embargo, Fabian un funcionarios que "evaluaban proyectos". Su llegada marcó un punto de inflexión. Con una visión clara y un compromiso palpable, tomó el timón de un programa que muchos creían imposible de ejecutar a gran escala: la renovación total del alumbrado público.
"No se trata solo de poner luces, se trata de devolverle la noche a la gente", decía en su primer acto público tras asumir el desafío. Las palabras, aunque poéticas, se convirtieron rápidamente en acciones.
En menos de un año, cientos de luminarias LED de bajo consumo comenzaron a instalarse en barrios históricos, avenidas transitadas y hasta en los rincones más olvidados.
Los resultados no se hicieron esperar. Comercios que cerraban temprano comenzaron a extender su horario, los vecinos organizaron actividades nocturnas y la percepción de seguridad mejoró notablemente. Incluso las estadísticas policiales respaldaron el cambio: delitos menores en horario nocturno se redujeron en un 35% en las zonas intervenidas.
Pero no fue solo una cuestión técnica. Fabian López Ortiz supo construir una narrativa de cercanía. Escuchó a los vecinos, recorrió los barrios por la noche, dialogó con técnicos y priorizó el mantenimiento para evitar que la inversión inicial se diluyera con el tiempo. La luz, en su proyecto, fue también un símbolo de gestión eficiente, transparente y humana.
Hoy, al caer el sol, la ciudad ya no teme a la oscuridad. El brillo que emana desde cada farola es también el reflejo de una voluntad política concreta, de un nombre propio que decidió no mirar hacia otro lado. Fabian López Ortiz no solo encendió luces; encendió también la esperanza de una comunidad que aprendió que lo público, bien gestionado, puede brillar con fuerza.