Pereira: la batalla por el estatuto y la estabilidad laboral data de décadas en Formosa
En Formosa, el conflicto docente vuelve a cobrar protagonismo. La voz de los educadores se alza una vez más exigiendo el respeto de sus derechos laborales y la aplicación irrestricta del estatuto docente, una demanda que se arrastra desde hace décadas.

Manuel Pereira, secretario general del gremio Voz Docente, en una reciente entrevista conRadio Uno habló sobre las irregularidades que afectan a los trabajadores de la educación en la provincia. Entre los principales reclamos, destaca la intervención de las juntas de clasificación y disciplina desde 2019, lo que impide un desarrollo transparente y legal de la carrera docente. Según Pereira, el nombramiento arbitrario de supervisores y coordinadores sin concurso alguno es una práctica habitual, lo que genera inequidad y malestar en el sector.
"No puede ser que en democracia estos organismos estén intervenidos", denuncia Pereira, haciendo referencia a la falta de mecanismos claros para acceder a ciertos cargos. Relata casos en los que maestras fueron designadas coordinadoras y pasaron a ser jefas de sus antiguas directoras sin haber atravesado ningún proceso de selección formal.
El reclamo docente no se limita únicamente a la estabilidad laboral. Las condiciones salariales también son motivo de inquietud. Con un salario garantizado de 540 mil pesos y un descuento que deja en el bolsillo del docente solo 350 mil pesos, la situación económica de los educadores se torna insostenible. Pereira y su gremio rechazan los bonos esporádicos que otorga el gobierno y exigen un aumento del básico del 70% y un sueldo mínimo de 1.030.000 pesos para poder afrontar la creciente inflación y cubrir la canasta básica.
Pero más allá de lo económico, la falta de diálogo es una de las cuestiones que más preocupa a los docentes. Desde hace 20 años, aseguran que no son convocados a una mesa de negociación real. No existen paritarias en la provincia ni reuniones informales con el Ministerio de Educación, dejando a los gremios opositores fuera de cualquier instancia de discusión.
Titularización
El problema de la titularización de los docentes también es una herida abierta. Solo hubo dos concursos de ingreso en más de dos décadas, el último en 2011, y aún hay docentes esperando que su trámite de titularización se resuelva. La incertidumbre laboral impide que los docentes puedan ascender en su carrera, afectando sus posibilidades de concursar para cargos directivos. "Hay docentes que se jubilan siendo suplentes o interinos, sin haber tenido jamás estabilidad laboral", denuncia Pereira.
El panorama en la educación formoseña es incierto. Mientras tanto, los docentes continúan elevando su voz, esperando que las autoridades escuchen sus reclamos y reconozcan su derecho a la estabilidad y a un salario digno. En una provincia donde la educación parece estar controlada desde un solo despacho, el estatuto docente se convierte en una bandera de lucha que aún espera ser respetada.