SECHEEP y el contraste de cómo afronta Chaco la cuestión energética: mientras Formosa aumenta con cifras siderales, los chaqueños tendrán congeladas las tarifas
La gestión de la energía eléctrica en Argentina es un tema recurrente de discusión pública, especialmente en el contexto de las recientes subas tarifarias y la quita de subsidios a nivel nacional. En este escenario, las políticas energéticas de Chaco y Formosa destacan por sus contrastes, desde la aplicación de audiencias públicas hasta las decisiones sobre los incrementos en el costo de la energía.
En Chaco, la empresa provincial de distribución eléctrica, SECHEEP, cuyo presidente, José Bistoletti, habló con Radio Uno, lleva a cabo audiencias públicas anualmente, conforme a la normativa vigente. Estas audiencias, aunque no vinculantes, sirven para transparentar los costos de la energía y justificar los aumentos tarifarios. Sin embargo, recientemente, el gobernador chaqueño decidió suspender la audiencia pública prevista para enero de 2025, congelando el valor agregado de distribución hasta junio, en un intento por aliviar la preocupación ciudadana frente a los posibles incrementos.
Por el contrario, en Formosa, REFSA (Recursos y Energía Formosa Sociedad Anónima) acumula más de seis años sin realizar audiencias públicas. Esta situación ha generado críticas por parte de ciudadanos y legisladores de la oposición, quienes denuncian la falta de transparencia en la gestión de la empresa estatal y en la aplicación de nuevas tarifas.
Impacto de los subsidios y su eliminación
La reciente eliminación de subsidios energéticos por parte del gobierno nacional impactó profundamente en ambas provincias, pero con matices diferentes. En Chaco, SECHEEP reportó un aumento del 420% en el costo de la energía durante 2024, generado por la quita de subsidios y el techo establecido en las categorías de consumo. Este incremento se ha trasladado directamente a los usuarios, afectando particularmente a aquellos que superan los 350 kWh en el caso de los sectores más vulnerables (categoría N2).
En Formosa, la situación es similar, pero con diferencias clave en la estructura tarifaria y en la gestión de los aumentos. Mientras Chaco ha optado por congelar temporalmente el valor agregado de distribución, REFSA ha sido objeto de críticas por la aplicación de aumentos que, según denuncias, carecen de justificación pública y afectan de manera desproporcionada a los usuarios.
Tarifas y desigualdad regional
Un aspecto que destaca en el contraste entre ambas provincias es el costo final que pagan los usuarios por la energía eléctrica. En Chaco, aproximadamente el 67% de la tarifa corresponde al costo de la energía comprada a CAMMESA, mientras que solo un 23% queda en manos de la empresa distribuidora para cubrir costos operativos e inversiones. Aunque estas cifras son similares en Formosa, los usuarios formoseños pagan tarifas notablemente más altas, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la eficiencia y transparencia en la gestión de REFSA.
Participación ciudadana y el rol del gobierno
Mientras en Chaco se promueve una cierta participación ciudadana a través de las audiencias públicas, en Formosa la ausencia de estos mecanismos deja a los usuarios sin una vía formal para expresar sus preocupaciones o cuestionar los aumentos tarifarios. Esto refuerza las críticas hacia un modelo de gestión que, según sus detractores, carece de controles efectivos y prioriza intereses gubernamentales sobre el bienestar ciudadano.
Conclusión
El contraste entre Chaco y Formosa en sus políticas energéticas refleja dos enfoques distintos ante un problema común: el impacto de los costos energéticos en la economía de los ciudadanos. Mientras Chaco apuesta por medidas temporales y la transparencia parcial mediante audiencias públicas, Formosa enfrenta crecientes cuestionamientos por la opacidad en la gestión de REFSA y la carga financiera que soportan sus usuarios. En ambos casos, la necesidad de soluciones sostenibles y equitativas es un reclamo compartido por los ciudadanos.
