EFEMÉRIDES FUTBOLERAS
Un 11 de julio pero de 1930, a días del debut de la Selección Argentina en el Mundial de Uruguay, Carlos Gardel, el "Zorzal Criollo", visitó la concentración del plantel nacional, que se encontraba en La Barra de Santa Lucía, en Montevideo. Acompañado de sus guitarristas, la intención del notable cantautor fue apoyar al equipo, que 96 horas más tarde jugaba ante Francia (sería triunfo por 1 a 0, con gol de Monti).

El popular cantor identificado con el tango rioplatense cantó en 1930 "con el corazón dividido" para argentinos y uruguayos antes de la final entre ambos, ya que tenía amigos en ambos planteles.
Fue un hecho protagonizado por el "Morocho del Abasto" que, dos días antes de la final del Mundial 1930 que Uruguay le ganó 4-2 a la Argentina, cantó para ambos planteles.
Esto registraba un antecedente, ya que Gardel cantó también para ambos equipos en París, luego de la final de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, donde los uruguayos se impusieron 2-1 a los argentinos y ganaron la medalla de oro.
Cuentan las crónicas que el "Zorzal" criollo intentó con su actitud limar asperezas después de aquella final donde no se había escatimado la pierna fuerte.
Gardel tenía llegada a los futbolistas argentinos a través de su amistad con Pedro Ochoa, jugador de Racing, un virtuoso de la gambeta, conocido como "el Crack de la Afición", que en 1928 se retiró del seleccionado blanquiceleste tras haber estado en los Juegos de Amsterdam.
La voz inconfundible de "Mi Buenos Aires querido", que tenía entre sus guitarristas al uruguayo José María Aguilar, también admiraba el fútbol de los orientales y su guapeza dentro de los campos de juego. El 11 de julio de 1930 llegó a la concentración de la Selección argentina en La Barra de Santa Lucía, en las afueras de Montevideo, y al día siguiente las páginas de "La Razón" reseñaron el momento con una gran frase: "Carlos Gardel llevó al campamento argentino la alegría de sus canciones".