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UNA MIRADA DE LA REALIDAD DESDE LA IGLESIA

Obispos del NEA contra el aborto, la prebenda y el uso de los pobres

Los diez pastores de la región Nordeste hicieron público un mensaje conjunto. Los prelados hablaron del presente y el pasado en esta parte del país, teniendo como parámetro a lo acaecido en los últimos 40 años de democracia. También se refirieron a las redes sociales.

Los diez obispos del Nordeste se reunieron, días atrás, en Santo Tomé para analizar el presente social, político y religioso de cada una de sus diócesis y producto de ello dieron a conocimiento público un mensaje conjunto.

El contenido de la proclama surgió tras la puesta en común de ideas y reflexiones emitidas por los arzobispos de Corrientes, Andrés Stanovnik; de Resistencia, Ramón Dus; y los obispos de las diócesis de Formosa, José Vicente Conejero; de San Roque, Hugo Barbaro; de Goya, Adolfo Canecín; de Posadas, Juan Martínez; de Oberá, Damián Bitar; de Puerto Iguazú, Nicolás Baisi; de Reconquista, José Macín; el auxiliar de Corrientes, José Adolfo Larregain y el emérito de Goya, Ricardo Faifer y el anfitrión, Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé.

A párrafos seguidos se describen los principales conceptos del mensaje firmado por los Pastores del NEA.

A fines del año pasado se cumplieron cuarenta años de vida democrática y un momento histórico para el pueblo argentino con la asunción de las nuevas autoridades elegidas por el voto popular. Dicha celebración nos ha llenado de alegría y gratitud, pero también de preocupación y responsabilidad. Esta ocasión nos motiva como obispos de la Región Pastoral NEA, a reflexionar y evaluar, con una actitud constructiva su situación actual, procurando iluminarla con la luz del Evangelio de Jesús.

Coincidimos que estas décadas fueron intensas. En ellas fue madurando, no sin conflictos y confrontaciones, un consenso fundamental: la opción por la democracia fundada sobre la dignidad de la persona humana y sus derechos. Esta convicción se hizo más fuerte tras la dolorosa experiencia de las heridas todavía abiertas por la espiral de la violencia política y militar, provocada por algunas facciones partidarias, y la reacción desproporcionada del terrorismo de estado, inspirada en la ideología de la "seguridad nacional".

Hace cuarenta años logramos decir "nunca más" a la violencia fratricida. Hoy debemos ampliar ese "nunca más" a toda vida humana que está bajo amenaza de ser violentada. En efecto, nuevas expresiones de violencia nos interpelan acerca de si hemos avanzado en consolidar una auténtica fraternidad. (...)

Sobre el aborto
 "Frente al aprecio natural a la vida en nuestra gente, nos encontramos lamentablemente con la legalización del aborto, dando rango legal al homicidio, que es el más flagrante atentado contra la vida humana inocente. Valoramos el acompañamiento de las madres vulnerables y el que se realiza a las que han tomado esta dramática decisión, pero afirmamos con contundencia profética que la muerte no construye democracia. Tristemente, la Región del Nordeste Argentino se ha plegado a esta práctica fratricida", refiere el documento pastoral.

Indigencia, miseria y trabajo esclavo
 (...) Otro ámbito en que se afrenta la dignidad de muchos es la indigencia y la miseria, efecto de políticas prebendarias y clientelistas, patentes y graves en algunas de nuestras provincias. Además, tanto en las zonas fronterizas como en nuestras ciudades, pueblos y colonias, ha crecido de un modo alarmante una violencia incontrolable.

En buena medida, todo esto es fruto del narcotráfico consentido y la adicción a las drogas de miles de jóvenes que deambulan sin rumbo en sus vidas, con la complicidad de instituciones que debieran protegerlos, respetando siempre el estado de derecho. El trabajo esclavo o la falta de trabajo digno y estable, es un cáncer que carcome la vida de las familias, y va mellando valores como la honradez, el sacrificio, la laboriosidad y el aporte solidario al bien común. (...)

Libertad, una palabra con muchas interpretaciones
 (...) La democracia vive de valores y convicciones que, si no arraigan en el corazón de cada ciudadano y en la cultura del pueblo, la política por sí misma no puede dar. Siempre habrá que cuidarla porque reclama el compromiso de cada uno. Como ha ocurrido en estos años percibimos que, de las reglas del juego democrático, no siempre surgen leyes y prácticas justas. Una cultura democrática genuina acepta y defiende la legítima pluralidad de opciones políticas. Asimismo, "necesita del diálogo para la amistad social que hace del encuentro una cultura".

En algunas de nuestras provincias el caudillismo es fuerte, tanto que a veces, puede sofocar cualquier intento de construir un futuro en libertad y fraternidad. Estamos convencidos de que uno de los pilares de la convivencia democrática es una sana concepción de la libertad. Todos tenemos la capacidad para elegir. Un pueblo es libre cuando se dan las condiciones necesarias para que todos puedan vivir dignamente, comenzando por los más vulnerables.

Temas como la interpretación de la historia, la urbanización, la globalización, el relativismo ético, la reducción de la natalidad y la concentración demográfica, la prevalencia de intereses sectoriales menores por sobre el bien de todos, son indicadores que generan un duro debate cultural. Cabe acotar que, además, es visible la intencionalidad de desplazar a la Iglesia de este terreno; sin embargo, sigue siendo en los lugares más remotos del planeta, y desde los orígenes de nuestros pueblos, motor e impulsora de una cultura humanista integral (...)

Redes sociales
 Las redes sociales constituyen un verdadero desafío. Por un lado, permiten la interacción de las personas y, por otro, generan interrogantes inquietantes; las falsas noticias, el anonimato, la agresión, publicaciones nocivas, la pornografía, el fanatismo político o el fundamentalismo religioso dañan el tejido social.

Todo comunicador tiene una irrenunciable dimensión ética y no pueden sustraerse a la pregunta por la verdad, la justicia y su responsabilidad en la construcción del bien común. Debe colaborar a la promoción de la cultura y del nivel educativo del pueblo. Es necesario que estos medios tecnológicos estén al alcance de todos y permitan a la gente participar activamente en el ejercicio de su libertad. Urge una regulación del uso de las redes.

Esperanzas y desafíos
 (...) Pocos meses atrás asumieron las nuevas autoridades elegidas por el pueblo. Su responsabilidad es grave, habida cuenta de la actual crisis económica, moral y cultural. Los católicos no pretendemos más que sumar nuestra voz a las de todos los que se hacen oír en el espacio público para buscar el bien común. El humanismo cristiano, esperanzador y optimista, ha ayudado a construir la Argentina. Nuestra zona es un ejemplo elocuente de ello. Lo ha hecho junto con otras tradiciones religiosas y culturales presentes en el generoso espacio de la Región.

Como obispos del NEA, nos ha parecido oportuno recordar algunas verdades, valores y actitudes que sostienen la delicada arquitectura de nuestra democracia; también algunos aprendizajes que hemos hecho en estos años. No se nos ocultan los problemas que arrastramos, ni tampoco el miedo y el desaliento que generan. Por eso, con el Papa Francisco alentamos que se afiance la "mejor política" al servicio de la amistad social y la fraternidad. Vale la pena, como hace cuarenta años, apostar por el futuro de nuestra región y de la Argentina toda. Nos sentimos responsables de seguir haciendo fecunda esa presencia de la fe cristiana en el presente y el futuro de la Argentina.

En sintonía con lo heredado, deseamos una profunda experiencia de humanidad para las provincias de nuestra región que el Señor nos ha confiado acompañar. Es posible un ejercicio más fecundo de la democracia, que consiste en una mayor libertad de expresión y participación, en una sana alternancia en el ejercicio del poder, en una lucha más efectiva contra la corrupción y el narcotráfico, en políticas de promoción más vigorosas, que ayuden a salir de la miseria y la indigencia a grandes masas de pobres, que subsisten en regiones despobladas o en los cordones urbanos de nuestras ciudades. Como lo decía el recordado P. Julián Zini, poeta y profeta de nuestro pueblo, es cuestión de "juntarse y arremangarse". (...)

(Época de Corrientes)