Corrigiendo los malos hábitos alimenticios
Cuando las personas sienten, que deben modificar sus hábitos alimentarios, tienden a pensar en grandes transformaciones: "todo o nada"; sin embargo lo único que logran con ese enfoque es fracasar, porque se cree que esto es de la noche a la mañana. Es por ello que se sugiere, hacer pequeños cambios al día. Esto es más fácil y de todas formas tienen impacto a largo plazo.

Arrancar el día con un vaso de agua
Intentar beber un vaso de agua antes del desayuno. Esa dosis de líquido impulsará su metabolismo . Se sentirá revitalizado ya que el agua despejará su mente y lo ayudará a ir al baño a intervalos regulares. Dejar un vaso de agua en tu mesa de luz antes de irte a dormir; al día siguiente, beberla antes de levantarte de la cama.
Elegir tus refrigerios
Tener a mano, para elegir, opciones nutritivas que no sumen calorías adicionales. Si después de la comida comenzás a sentir apetito, no comas frituras ni chocolates. Un puñado de nueces te sentará mejor. Te saciarán gracias a su contenido de fibra y proteína. Las nueces son muy benéficas y provienen de una fuente vegetal saludable . Las manzanas rojas son otra excelente opción por su contenido en pectina, un tipo de fibra que produce, sensación de saciedad.
Comer bien
Cuando no comes bien, ya sea en grandes o mínimas cantidades tu metabolismo se desacelera y , el cuerpo consume su propio músculo y se aferra a la grasa, lo cual puede hacer que engorde. Aunque no es recomendable obsesionarse refiriendo calorías, de vez en cuando sí conviene hacer un recuento de todo lo que hemos comido. Esto permite revelar problemas y evaluar la calidad de los alimentos que estamos consumiendo.
No saltees el desayuno
Hacer el esfuerzo, por más que no te guste Desayunar. Esta conducta repercute propiciamente en todos tus hábitos alimentarios. Está comprobado, que quienes desayunan tienden a controlarse más durante el día. Comer algo con alto contenido de proteína, fibra y bajo contenido de azúcar. Las siguientes son opciones para mantener el apetito controlado hasta la hora del almuerzo: huevos revueltos, pan integral tostado con queso crema descremado o yogur descremado con cereal.
Comer en platos pequeños
El uso de platos pequeños se traduce en una menor ingesta calórica y no produce sensación de escasez o insatisfacción.
Dormir lo suficiente
Basta con dormir bien para modificar los hábitos alimentarios. Es más fácil comer de más o elegir opciones poco saludables, cuando estamos cansados. La falta de sueño también puede alterar las concentraciones de las hormonas que regulan el hambre y el metabolismo. Dormir entre siete y ocho horas todas las noches.