Una de las patoteras del diputado, Jorge Zarza, denunciada por agredir a periodistas estuvo en la sala de prensa de la Legislatura
El oficialismo refuerza el ataque contra la prensa dándole impunidad a quienes estuvieron involucrados en los grupos parapoliciales que en los últimos días solo se dedica a agredir a la prensa.
A manera de burla, una de las involucradas en la agresión a la prensa, Fátima Baltar, fue acreditada aparentemente como prensa del SITRAMF del diputado, Jorge Zarza y estaba en el lugar reservado para la prensa en la Legislatura Provincial, justo en la sesión donde se denunciaban y se repudiaban, los ataques a través de patotas, desde hace varios días a esta parte.
A diferencia del ámbito de caos, golpes a traición, gas pimienta, Baltar se sentó comodamente y pudo presenciar toda la sesión sin ser golpeada, insultada, más allá de la provocación de su presencia para los agredidos y siendo parte del grupo de violentos.
El gobierno refuerza a través de este tipo de situaciones la protección y el blanqueo de los violentos, maquillandolos de personas respetuosas de la ley y sobre todo de trabajadores de prensa cuando unas horas antes organizaban, hordas descontroladas para pegarles a dos comunicadores.

De todas maneras y más allá que deberá responder por imputaciones penales en la justicia, con la protección de las lamentables instituciones muleto de un poder legislativo, Fátima Baltar, aprendió que en un ambiente de respeto y de pluralidad, como lo es la sala de prensa de la Legislatura, los trabajadores de prensa respetan a quienes tienen al lado y no tratan de aplastarlos a los golpes para imponer una idea única.
La presencia de una persona violenta en estos ámbitos, con la tranquilidad o la incomodidad de saberse cómplice de los hechos vergonzosos de los cuales fue parte o enviada por el propio Zarza, tratando de figurar por estas acciones y no por su tarea legislativa nula, pone de relevancia que en un lugar en donde hay respeto entre ciudadanos, sean periodistas o no, este tipo de personas producto de la marginalidad del modelo formoseño, aprende algo de civilidad y quizás el día de mañana deje paso al respeto y se vuelva menos violenta.