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El agridulce regreso de Ángel Di María a Rosario Central: anotó un gol ante Godoy Cruz, pero dejó la cancha en camilla

El campeón del mundo volvió a jugar en el fútbol argentino, en el Gigante de Arroyito; "fue un pisotón en el hueso", dijo sobre su última acción en el partido

El grito de Ángel Di María tras su gol de penal en su regreso a Rosario Central Luciano Bisbal - Getty Images South America

Rosario Central igualó este sábado 1-1 con Godoy Cruz, de Mendoza, por la primera fecha del grupo B del Torneo Clausura. Ángel Di María fue titular y anotó el gol, de penal, en su regreso al club tras 18 años: la emoción de Fideo volvió a quedar en evidencia ya desde el calentamiento previo hasta el festejo del gol. Y se fue en camilla, luego de recibir "un pisotón en el hueso", según detalló más tarde, cuando llevó tranquilidad por su estado de salud.

No llegaron a pasar dos minutos hasta que el delantero que lleva la camiseta número 11 tomó contacto por primera vez con la pelota dentro del área rival, tras un centro pasado, y sus primeros amagos volvieron a generar un desborde de pasión y alaridos. Terminó en el piso, luego de ser bloqueado. Su comienzo fue por la derecha.

Un inicio intenso, áspero, sin que el equipo mendocino se deje amedrentar por el contexto. Hubo presión desde cerca sobre Di María, que en los primeros minutos participó de la primera llegada de peligro de Rosario Central. Le cobraron falta cuando buscó un rebote después de que una falla en la salida obligó a lucirse al arquero Franco Petroli, que bloqueó el remate de Jáminton Campaz y la definición de Angelito.

Carlos Quintana, de cabeza, también estuvo cerca de la apertura del marcador a los 25, tras un córner ejecutado por Di María. El defensor conectó de frente al arco, con buena dirección, pero la pelota dio en una espalda y terminó en un nuevo tiro de esquina.

Broun y Petroli, los arqueros, fueron las figuras en el comienzo del duelo cuyo primer amonestado también tuvo relación con el Fideo: Vicente Poggi lo bajó cuando el delantero aceleraba y recibió la tarjeta amarilla. Véliz se lo perdió casi desde el área chica al cabecear mal tras un centro perfecto de Angelito en un tiro libre desde la derecha.

Sobre el final del primer tiempo, Petroli le ahogó un grito a Campaz con una muy buena estirada y el travesaño hizo que Agustín Auzmendi se tome la nuca cuando vio que su definición de cabeza había dado en ese poste.

En el segundo tiempo los avances también se hicieron desear un poco. De tiro libre, Di María buscó la apertura del marcador en forma directa y se le fue por encima del travesaño. Enseguida, reclamó penal cuando le quitaron la pelota cuando enganchaba cerca de la línea. En esa ocasión, el juez Pablo Dóvalo no lo aceptó.

Petroli volvió a ganarle un duelo a Campaz, que probó de media distancia nuevamente. Y Central siguió atacando, con baja precisión: Di María enganchó hacia adentro y quiso ubicarla en el segundo palo, pero se le fue muy ancha. Cada aceleración despertaba una exclamación. A cada intento le seguía un "¡uh!".

Esa expresión tuvo dos réplicas seguidas en un tiro de esquina desde la izquierda en el que el travesaño devolvió la pelota dos veces consecutivas. Increíble. Sobre todo en el segundo caso, cuando Quintana obstaculizó a su compañero Mallo, a pasos de la línea, mientras Véliz, el primer en impactar, no podía creer por su suerte.

A la media hora, el árbitro vio un penal a Véliz que tomo Godoy Cruz reclamó porque no hubo testigos de esa sujeción que marcaba. Un regalo para Central que el VAR tampoco detectó, porque el árbitro no fue llamado para revisar su error. Doble error, entonces. Di María lo ejecutó con su frialdad característica, puso el 1-0 y salió a celebrarlo junto a un banderín revoleando la camiseta. Lo gritó con el alma, como si fuera una final. Largó todo lo que tenía adentro.

Y a dos minutos del final, el campeón del mundo dejó la cancha en camilla, muy dolorido, tras recibir un pisotón involuntario de Poggi, el mismo con el que se había cruzado en el primer tiempo. Tomándose el rostro, llegó al banco de suplentes con los médicos atendiéndolo en una pierna, mientras el otro travesaño evitaba el empate, tras el cabezazo de Luca Martínez Dupuy.

Godoy Cruz reclamó un penal, Daniel Barrea se fue expulsado en la protesta y en el quinto minuto de descuento, con uno menos, el Tomba llegó al empate gracias a la fe y la punta del pie zurdo de Poggi, que se lanzó sobre la pelota en un centro bajo cruzado y empujó la pelota con los tapones de su botín. El 1-1 no lo podían creer ni Holan ni Di María ni los hinchas.

La lesión de Di María

"Lamentablemente no pudimos ganar. Hicimos un buen partido, tuvimos muchas posibilidades y cuando pudimos convertir no lo pudimos aguantar", describió Di María. "Queríamos arrancar dándole una alegría a la gente, arrancar bien el semestre, y no pudimos, pero no perdimos, sumamos, y hay que seguir pensando en lo que viene", añadió. "Tuvimos muchas ocasiones claras, merecimos más. Pero esto es fútbol, no quiso entrar", completó el delantero, antes de retirarse con signos de dolor y una lluvia de aplausos como compañía.

Lo mejor de Rosario Central vs. Godoy Cruz

El recibimiento a Di María
El campeón del mundo en Qatar 2022 con la selección argentina salió al campo de juego del Gigante de Arroyito instantes antes que sus compañeros, que quedaron esperando en el túnel. Y allí afloró el grito desde las tribunas colmadas, en una ovación que fue creciendo en intensidad y llegó al corazón del futbolista.

Aquel día con el que soñaba se cristalizó, se puso una mano en el corazón y le agradeció a todos con los ojos humedecidos. Hasta que no pudo controlar las lágrimas, mientras estaba en el centro del campo de juego escuchando que le cantaban. Fueron un par de minutos que parecieron eternos, como el tiempo que transcurrió para su regreso.

Dando giros sobre sus pasos, levantando sus manos hacia los cuatro sectores, secándose las lágrimas que rodaban sobre sus mejillas, Di María revivió la emoción de su presentación el lunes pasado, pero esta vez dentro del campo y con los hinchas a su alrededor. Atrás quedó su despedida de Benfica en el Mundial de Clubes hace semanas, tras la caída en octavos de final con Chelsea, uno de los finalistas.

Después, sí, el resto de los jugadores de Rosario Central asomaron por el túnel, salieron a la cancha entre aplausos y se unieron a Angelito para los ejercicios previos. Listos para poner la cabeza otra vez en el partido, que tendrá otro regreso: el del delantero Alejo Véliz, gran aparición hace un par de temporadas y que fue vendido en su momento a Tottenham. Luego de un par de préstamos (Sevilla, Espanyol), el club inglés decidió cederlo al Canalla para esta temporada. Y ambos se quedaron con las mayores ovaciones, además, cuando se presentó al equipo, uno por uno. El grito de "Fideo, Fideo" era interminable.

Más tarde, el ingreso al campo de juego fue conmovedor, junto a sus hijas, con la mirada puesta en un video que aparecía en la pantalla gigante después de que la cancha se llenara de color y estruendo. Y abrazos, como el que recibió de Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de la AFA, junto con un cuadro plagado de fotos épicas. Fideo, emocionado y sonriente, en el regreso al club que es el gran amor de su vida.

(La Nación)