Escasez, largas filas y tensión social: Bolivia quedó al borde del colapso alimentario

Miles de ciudadanos hacen cola durante horas para conseguir alimentos básicos en medio de bloqueos impulsados por seguidores de Evo Morales, una crisis que derivó en agresiones a funcionarios y reflejó el creciente descontento con el gobierno de Luis Arce
Las calles de varias ciudades de Bolivia se convirtieron este miércoles en escenarios de tensión y desesperación. Ciudadanos formaron largas filas durante horas para conseguir alimentos básicos como pollo y aceite, en medio de una escasez agravada por bloqueos de carreteras impulsados por seguidores del ex mandatario Evo Morales, quien busca forzar su candidatura a las elecciones del próximo 17 de agosto pese a su inhabilitación constitucional.
En un punto de venta de pollo en La Paz, la situación se tornó violenta cuando vecinos agredieron al viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, quien realizaba una inspección de precios. La tensión escaló cuando el cargamento de pollo no llegó a la hora anunciada, lo que desató la furia de los presentes. Silva fue acorralado, increpado y atacado con verduras por una multitud indignada. Según explicó el propio funcionario, el retraso se debió a "la falta de coordinación" con algunos dirigentes, pero sus palabras no lograron calmar a la población. Finalmente, tuvo que retirarse del lugar custodiado.
La escena en La Paz se replicó en otras regiones del país. "Estamos haciendo fila por un pollo y peleándonos entre nosotros mismos, entre bolivianos, y no es justo que otros ministros vengan a mentir, deben decir la verdad. Tenemos cuatro, cinco hijos, cómo los vamos a mantener, cómo vamos a hacer alcanzar un pollo", relató a EFE Sonia Chura, una compradora que se encontraba en la fila. Por su parte, Angélica Apaza, trabajadora doméstica, contó que había comenzado a hacer fila en la madrugada solo "por dos litros" de aceite, y más tarde tuvo que unirse a otra para comprar pollo.
Otra vecina, Rosa Copa, expresó su impotencia: dijo que algunos días no puede llegar a los puntos de venta porque no encuentra transporte, y lo atribuyó a la falta de combustible. En varias zonas, ciudadanos se empujaban entre sí para conseguir alimentos y en las tiendas de la estatal Emapa (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos) las filas crecían por la falta de productos esenciales como aceite y azúcar.
Aunque la falta de alimentos y el alza de precios se arrastran desde hace meses, la situación se ha deteriorado en los últimos diez días debido a los bloqueos viales impulsados por los simpatizantes de Evo Morales, que buscan presionar al gobierno para rehabilitar su candidatura. Estas medidas han interrumpido el transporte de mercancías, profundizando el desabastecimiento.
El país, además, enfrenta una severa crisis económica desde principios de 2023. La escasez de dólares en el sistema financiero ha derivado en restricciones y en la proliferación del mercado paralelo, donde el tipo de cambio supera el oficial de 6,96 bolivianos. A esto se suma el encarecimiento de productos de limpieza y medicamentos. En 2024, Bolivia cerró el primer cuatrimestre con una inflación acumulada del 5,95%, luego de registrar en 2023 una tasa del 9,97%, la más alta desde 2008.
La crisis también se manifiesta en la falta de gasolina y diésel, que ha generado filas kilométricas en las estaciones de servicio. Comerciantes y transportistas han iniciado protestas contra el gobierno del presidente Luis Arce, al que responsabilizan por el deterioro económico y social.
El descontento se extiende por todo el país. La combinación de escasez alimentaria, crisis de combustibles y parálisis del transporte amenaza con empujar a Bolivia hacia un escenario de mayor inestabilidad. Mientras las autoridades intentan calmar los ánimos con explicaciones técnicas, la población exige soluciones concretas.